Capítulo 5: Mi parto (parte 1)






Pues por aquí escribimos hoy para explicaros mi 
experiencia y mi parto. 
Cómo bien habéis leído en mi anterior post, el
mismo martes por la noche, mientras dormía, 
estuve toda la noche soñando que tenía pérdidas,
cómo las del principio del embarazo, con sangre.
Y me levantaba al lavabo para comprobarlo, y realmente no había nada, pero en mi cabeza no paraba de pensar y Naia no dejaba de moverse. Sobre las 8 de la mañana noté una patada muy fuerte seguida de un pinchazo muy intenso en la parte baja de la barriga y me asusté. Me incorporé en la cama y papi melón me preguntó lo que me pasaba, le comenté lo que me llevaba pasando toda la noche, ya que él apenas se enteraba ya de que me levantaba ha hacer pis porque todo el embarazo por las noches me pasaba media noche haciendo pipí, y me dijo que me relajará. Pasado unos 10 minutos aflojó el dolor, y volvimos a dormirnos. Sobre las 10:15 noté como si me bajará un cuagulo por la vagina, y poniéndome la mano sobre ella, llegué al lavabo y, al bajarme la ropa interior, salió un charco de agua super caliente que llenó parte del suelo del lavabo. Yo llamé a papi en plan... ¿Melón? y seguidamente me dijo ¿contracción, contracción?, que era la broma que siempre teníamos. Yo le contesté: -No, ven... Y no tardó ni 1 segundo en llegar al lavabo: -Creo que he roto aguas- le contesté. - Vale, ¿nos da tiempo ha ducharnos y cogerlo todo? a lo que le dije que sí, que las aguas eran transparentes y habíamos hablado de ello en las clases de preparación al parto. Yo, en estado de shock (ya venía nuestra pequeña, lo que tanto habíamos ansiado durante tantos meses), me puse ha acabar de recoger mi maleta que la tenía toda por encima y recoger las 4 últimas cositas de la peque que nos faltaban por meter, jolines hacía dos días nos habían dicho que estaba muy verde, así que nos habíamos confiado que aún quedaban días para la esperada llegada. Cuando papi se duchó, me tocaba a mí, que lo hice lo más rápido que pude y super incómoda ya que el líquido, cuando Naia se movía, salía en mucha cantidad. Una vez papi sacó a la perrita que tenemos, nos fuimos al coche y para el hospital. Muy nerviosos llegamos a él,  la clínica Corachán que estaba en Barcelona (a media hora de dónde nosotros vivíamos), nos dirigimos a éste porque era el que nos tocaba por la mútua con nuestro ginecólogo, el doctor Valls, el que había logrado que el embarazo nos fuera tan bien, y yo quería que él estuviera en nuestro parto y nos ayudará a traer a este mundo a nuestra pequeña. Cuándo llegamos, en recepción, nos hicieron el parte de llegada, avisaron a las comadronas que habíamos llegado y nos trasladamos por el ascensor a la última planta que era dónde estaba la planta de maternidad. Allí nos atendió una enfermera que nos preguntó que había pasado, y que todas íbamos allí pensando que habíamos roto aguas y que normalmente era pipí. Yo le dije, sé lo que es hacerse pis... y sé que no llevo 1 hora haciéndome pis. Me pusieron la famosa batita de hospital, y me introdujeron una tira para comprobar que había roto aguas. ¡Sorpresa! Cuándo la puso salió un charco enorme de agua: - Pues sí, tenías razón, has roto aguas...- Así que nos preguntó a qué hora había pasado y nos comentó que teníamos 12 horas más o menos de margen para que la peque se pusiera de parto sola y, sino, tendríamos que pasar por una cesárea para que la peque no sufriera por la pérdida de líquido. Nos pusieron, una tirita que tenía que tener 4 horas dentro de la vagina para provocar contracciones uterinas, ya que yo no tenía ninguna señal de parto sólo que había roto aguas. Así que monitores y a esperar. ¡ESTÁBAMOS DE PARTO FAMILÍA!
(Continuará...)

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